miércoles, abril 05, 2006

Marla

Marla no tenía ni idea de cómo era el resto del mundo en los verdaderos momentos de
apogeo de éste, sabía sobre ella y sobre mí, lo indispensable. Le gustaban las rosas, las donas, las
sodas, y sentir el aroma de la tierra mojada cuando en verano el cielo se poblaba de nubes,
dioses y relámpagos. Hoy fue un día triste, acostaron su cuerpo en una caja larga, blanca, helada
y la sellaron. Hoy, hoy enterraron a Marla cerrando sus ojos… para siempre.