miércoles, julio 20, 2005

Hablo de Camila



Camila usa converse y pesca humanos,
pesa gramos, y su cuerpo no arroja olores
ni presencia, juega con los espejos
a encontrar su reflejo.

Tiene unas pupilas grandes y negras,
donde se puede ver un profundo mar,
que en marea se funde con la arena
y se pierde en su orquestado oleaje.

Tiene sus cabellos negros y muy largos:
pesan más que sus dos piernas
por eso agacha tanto su cabeza.

Su cara es parda, su nariz afilada,
sus manos son huesudas y muy amplias,
y sus dedos como arañas patonas,
en lo largo y en lo ágiles.

Trae en el pecho un talismán
con forma de un ojo egipcio,
y en su boca tiene unas puntadas
que el doctor no le ha querido quitar.

Camila no habla, ni baila,
ni ríe, ni sufre, ni goza,
Camila pesca humanos desde
la luna, que es tan grande y de queso.

De su cuello pende un morral
donde guarda sus dientes de leche,
y demás asteroides que cacha
antes de que caigan a la tierra.

Camila cena peces crudos
Con azúcar y un trago ron.

En temporadas, cuando se siente muy sola
se le puede ver arrancando trozos de luna
para hacer antifaces y colocarse facetas
que con esa cara rígida no puede actuar.

Camila escribe poemas en sus piernas.
Asoma su cabeza debajo de su falda,
mete su mano, y siente una serpiente,
la toma, la saca, la clava en el anzuelo,
y la avienta de carnada sobre un manzano.