jueves, mayo 26, 2005

Ende


En las manos dos espejos que reflejan la mirada que contempla las líneas en la carne.
En la piel azucarada los dos ojos del sol quemando.
En la boca los negros dientes mordisqueándome la lengua.
En la nariz, un aire sucio que entra y emprende un viaje a los pulmones.
En la sangre los glóbulos que te aman.
En la mente los pasajes contigo vividos.
En las cejas la angustia de la espera.
En el cuerpo frío, la humedad y la electricidad.
En los dedos las teclas del piano.
En los cachetes lágrimas recorriéndolos.
En las uñas la mugre por rascarte.
En las venas la sangre galopando de la furia.