viernes, junio 17, 2005

Voz arcaica
me deforma como barro
húmedo que espera
sobre
un trozo de madera,
escucho en lejanías
tu risa cristalina
fragmento vivo de alegría
que me aquieta y me disuelve
el vuelo
mientras caigo de lo alto,
para brincar
de nuevo al cielo.
Así como
el cielo es una boca grande
que devora a la tierra,
tu boca
es una fruta negra
que
no se deja morder
y es tu vientre
huerto de manzanas donde
el que no muerde es porque
no tiene dientes.