miércoles, julio 13, 2005

A Carola -que extrañaré siempre.-

Arroja los humos de coraje
Que se engendren en tu osadía
Cuando el huraño transeúnte
No te tienda su mano.

Frívola y coqueta:
Como las flores del invierno
Dale las gracias.

No recorras cansada la calle.

Cuélgate en el pecho un cartel
Con un inmenso corazón,
Para saber que tú si tienes,
Y para que lo regales
Cada vez que te carcoma la nostalgia.