Danza caracola que te están mirando.

Danza siempre ha sido mi pasión, de duda o sin alma, danza de ardid, o de arder en éxtasis al bailar, cualquiera que fuere siempre habrá sido la correcta. Bailaba desnuda en el baño, en la sala para mis padres, en mi patio con los patines, bailaba mientras comía, mientras mi papá a Vanesa Mae me ponía - su gran descubrimiento...-, mientras me regañaban, me mordían, bailaba cuando mi mirada brillaba por la entrega de algún juguete nuevo o cuando me castigaban, bailaba en los sueños y en la vida, hasta que empecé a tener calambres y no podía controlarlos, hasta que el cuerpo aguantó pude hacerlo, luego vinieron las obligaciones y el rezago a esta disciplina que tanto admiro y deseo tener de nuevo en mi vida y en mi cuerpo.
Hoy después de 6 años me reencuentro con ella, dispuesta a donarle mis dolores, mi sufrimiento, mi pasión, mi cuerpo, mis movimientos, dispuesta a colgar el pudor en algún árbol que a mi paso encuentre, a darme entera hasta que ella quiera, aunque no sepa bailar.