jueves, mayo 11, 2006

Dulce contradicción

Qué triste me quedé ya que te fuiste
Tan triste como tórtola sin nido
Y con las ganas enormes
de tambalearme en tus enfrentes
y de morirme a mis extensas,
para que te duela un poco, quizás
o para creer que me recordarás
una vez que ya me entierren
y rodeada de flores
renazca el humor que exhale
mi cuerpo encajonado,
Pero ya estoy para la muerte, vieja.
Tan vieja como para andarme muriendo
por un hombre, o por tener que morirme
de vieja.
Vieja, con las arrugas repletas de
arena marina, con el sabor
del zumo en la lengua,
y con las alas y las arrugas de mis brazos
en pos de llorar
como una niña sin tacones,
como una nena sin su nene,
como un avión sin cafetera,
como una gata sin su perro
o como la triste puta vieja,
que hoy se queda sin su noche,
y que se muere por morirse.

3 Comments:

Blogger Pablo Aldaco said...

Te mando, como de costumbre, otro beso. Pero que uno no valga solo uno, ¿eh?

4:59 a.m.  
Blogger poesía cinética said...

gracias Juuan :) en serio, muchas gracias. miss you cosiitaa.

10:25 p.m.  
Blogger Sovka said...

Mi Hermosa Niña, te envío un abrazo enorme.

9:15 a.m.  

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