lunes, abril 11, 2005

Cólera en mí


Insolente bicho se adentra en mi aposento, llega con su molesto cri-cri y saltando. Asustado porque he golpeado con mis pies descalzos a su alrededor, extiende sus antenas y me mira pidiendo cariño. Trato de no romperme las rodillas y seguir parada tal cual verdugo sin intensión de perdonarle la vida, pero es inútil el atrevido insecto ya ha trepado por mis deditos y esa comezón me pone feliz, así que doblo y con cuidado lo tomo con mis dedos como pinzas y lo pongo entre las líneas de mi mano. Agradecido el ahora tranquilo bichito, comienza a cantar, cantos de grillos que seducen a las hadas, cantos que en cólera te hacen estallar. Me conmueve y fanática de su canto bajo, dulce y seductor lo acerco a mi oreja pero el muy ingrato me desquicia al saltar y tratar de entrar a mi oído, yo en pleno revoloteo lo pesco y con presión lo mayugo, lo asesino en cuarto de minuto.

1 Comments:

Blogger David Temper said...

PObre grillo

12:55 a.m.  

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